Cuando existe anemia por déficit de hierro...
Cuando existe anemia por déficit de hierro o una situación de depósitos bajos, es habitual que se valore la suplementación. En la práctica, el reto no suele ser “encontrar hierro”, sino conseguir que el suplemento sea tolerable y que el hierro se asimile bien, porque si genera molestias digestivas, la adherencia cae y el resultado empeora.
Por eso, si buscamos el suplemento de hierro mejor tolerado, debemos fijarnos en dos cosas:
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la forma de hierro, y 2. cómo lo tomamos (con qué lo combinamos y cuándo).
¿Qué forma de hierro suele tolerarse mejor?
Las molestias típicas del hierro (náuseas, pesadez, dolor abdominal, estreñimiento o heces muy oscuras) se relacionan, en parte, con el hierro “libre” que queda en el tubo digestivo y puede resultar irritante. Por eso suelen tolerarse mejor las formas que disminuyen la reactividad del hierro o reducen su contacto directo con la mucosa gastrointestinal.
1) Hierro bisglicinato
El bisglicinato de hierro es una forma en la que el hierro va unido a aminoácidos (forma quelada). En términos prácticos, esto suele asociarse con:
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mejor tolerancia digestiva en muchas personas,
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menor tendencia a irritación comparado con sales más “reactivas” en estómago/intestino,
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y una experiencia de toma más fácil cuando ha habido problemas previos con hierro.
No afirmamos que sea perfecto para todo el mundo, pero si el criterio es “hierro con menos batalla digestiva”, suele ser una de las primeras opciones.
2) Hierro microencapsulado
El hierro microencapsulado incorpora una matriz/cobertura que “protege” el hierro durante parte del tránsito digestivo. Esto suele traducirse en:
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menos contacto directo del hierro con la mucosa,
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mejor tolerancia en personas sensibles,
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y, a menudo, mejor adherencia por menor malestar.
Es especialmente interesante cuando el problema principal no es la teoría, sino la realidad: “lo dejamos porque sienta mal”.
Conclusión práctica: si priorizamos tolerancia, bisglicinato y microencapsulado suelen estar por delante de otras formas más irritantes en muchas personas.
La absorción importa tanto como la dosis (y aquí se equivocan muchos)
Podemos tomar un buen hierro y aun así obtener un resultado discreto si lo tomamos “contra el entorno”. La absorción depende mucho de con qué lo mezclamos.
En alimentos, el hierro aparece en opciones como carnes y pescados y también en otros grupos, pero en suplementación la clave es: si no se absorbe, no cuenta.
Qué debemos evitar junto al hierro (para no frenar la asimilación)
Para favorecer la absorción, solemos recomendar separar el hierro de:
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Café y cafeína.
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Té (incluido té verde) y otras infusiones ricas en compuestos que interfieren.
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Vino alrededor de la toma.
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Fibra en suplemento (y, si la comida es muy alta en fibra justo en ese momento, valorar separación).
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Yema de huevo o soja, si se toman justo en la misma toma.
Y, además, conviene revisar con un profesional si estamos usando:
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Calcio, zinc o antiácidos, porque pueden interferir si coinciden en el mismo momento.
Vitamina C: el “acelerador” sencillo
Suele ser útil que el suplemento incluya vitamina C (o acompañar con una fuente dietética equivalente), porque favorece la absorción del hierro. Dentro de las medidas simples, es de las más eficaces y fáciles de aplicar.
¿En ayunas o con comida? (la regla realista)
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En general, tomarlo fuera de las comidas puede mejorar la absorción.
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Pero si aparecen molestias digestivas, la prioridad práctica es que lo toleremos y lo tomemos con constancia. En esos casos, ajustar el momento (y elegir mejor forma, como bisglicinato o microencapsulado) suele ser más inteligente que forzar “ayunas sí o sí”.
¿Cuánto tiempo se toma un suplemento de hierro?
A menudo se manejan rangos de varios meses y, en algunos casos, se habla de 6 a 12 meses, pero el punto importante es este: la duración debe individualizarse y guiarse por la evolución y el criterio clínico.
Siempre debemos consultar al médico antes de iniciar un suplemento de hierro, y más aún si hay síntomas relevantes o tratamientos concomitantes.
Checklist rápido (para elegir y tomar bien el hierro)
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Elegimos una forma con buena tolerancia: bisglicinato o microencapsulado.
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Priorizamos que incluya vitamina C o acompañamos de vitamina C.
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Separarmos la toma de café/té/vino y de fibra en suplemento.
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Revisamos compatibilidad si tomamos calcio, zinc o antiácidos.
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Ajustamos el momento: si en ayunas molesta, cambiamos (no abandonamos).

Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Cuál es el suplemento de hierro mejor tolerado?
Habitualmente, hierro bisglicinato o hierro microencapsulado, porque suelen generar menos molestias digestivas que formas más irritantes en muchas personas.
¿Por qué el bisglicinato sienta mejor?
Porque es una forma quelada (unida a aminoácidos) y suele ser menos irritante a nivel gastrointestinal.
¿Por qué el hierro microencapsulado sienta mejor?
Porque la microencapsulación reduce el contacto directo del hierro con la mucosa durante la toma, lo que suele mejorar la tolerancia.
¿Conviene tomarlo con vitamina C?
A menudo sí, porque favorece la absorción.
¿Con qué no debemos mezclarlo?
Con café/cafeína, té, vino, fibra en suplemento y, según el caso, separar de calcio, zinc o antiácidos.
Hasta aquí hemos visto cómo elegir un hierro más tolerable y cómo tomarlo para aprovecharlo mejor. En el siguiente artículo vamos a bajar esto a tierra con un ejemplo concreto: explicaremos por qué una fórmula como Ferrobalance (Nova Nutrición) no se queda solo en “poner hierro”, sino que combina hierro bisglicinato con vitamina C y cofactores seleccionados (vitaminas del grupo B y minerales), con la idea de apoyar el proceso de forma más completa y, sobre todo, con buena tolerancia.
Aviso importante: recomendamos consultar con el médico antes de iniciar un suplemento de hierro, especialmente si hay síntomas relevantes o si estamos tomando medicación.

