No obstante, debido a la dificultad para pronunciarlo, coloquialmente se le conoce como DHA. Vale la pena recordar el acrónimo, porque el DHA constituye, ni más ni menos que el 60% de los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) en la retina y el 40% de los PUFA a nivel del cerebro. El 50% de los ácidos grasos que componen las membranas neuronales se debería ser DHA (ácido graso polinsaturado, omega 3 de cadena larga). Por lo tanto, es fácil deducir que es de suma importancia consumirlo en dosis adecuadas durante el crecimiento y en la edad avanzada, como lo demuestran miles de estudios científicos.

La primera fuente debe ser el consumo de pescado azul pequeño, por supuesto, sin embargo, debemos tener en cuenta que al cocinarlo, por encima de los 70 ° C de temperatura, el DHA se degrada y, por lo tanto, no es fácil que esté presente en el pescado cocinado.
Por ello, puede ser el interesante considerar un suplemento adecuado, siempre, bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Debemos esforzarnos por hacer fácil la rima de la popular canción infantil: ¿Supercalifragilisticoespialidoso le doy a los niños? ¡El docosahexaenoico! ¡Y así crecerán mejor!